Entendemos por estilos educativos la forma de interactuar y relacionarnos con los niños en el seno familiar, pero también en el escolar. Los estilos incluyen tanto la forma de comunicación, el tipo de disciplina, la exigencia, el afecto o la autonomía que les permitimos. En general se suelen tomar dos dimensiones básicas: permisividad-restrictividad (control) y calidez-hostilidad (sensibilidad) para distinguir cuatro estilos principales: autoritario, permisivo, democrático o autoritativo y negligente.
A continuación se revisan las características principales de cada uno de ellos, así como las consecuencias que pueden conllevar en el desarrollo psico-social y emocional de los niños.
AUTORITARIO
Elevado control – Baja sensibilidad
Se trata de un estilo unidireccional y estricto en el cual los padres representan la autoridad y los niños deben obedecer sus órdenes sin cuestionarlas.
- Se valora la obediencia como una virtud
- Hay un alto nivel de exigencia en prácticamente todas las facetas de la vida
- Se aplican castigos y órdenes sin explicación ni razonamiento
- Ante conductas inadecuadas, se penaliza a la persona y no sólo la acción
- No hay espacio para el diálogo
- Se impide la autonomía del niño
Consecuencias:
- Acostumbrados a acatar órdenes sin cuestionarlas, los niños criados con este estilo educativo suelen tener dificultades para tomar decisiones por sí mismos, son inseguros y con pocas habilidades de resolución de problemas.
- Pueden tener baja autoestima, frustración y sentimientos de culpabilidad al verse incapaces de cumplir las expectativas de sus padres.
- Tienden al conformismo y la sumisión en sus relaciones sociales, e incluso a la dependencia.
- Suelen ser pasivos y tímidos, con una alta necesidad de aprobación de los demás y falta de habilidades sociales.
- Son frecuentes altos niveles de ansiedad por el distanciamiento emocional de sus padres y la deseabilidad social.
PERMISIVO
Bajo control – Alta Sensibilidad
Este estilo se caracteriza principalmente por tener muy bajos niveles de exigencia y control, y una excesiva tolerancia.
- Altos grados de afecto y apoyo emocional
- Control paterno muy laxo y muy baja exigencia
- Se accede fácilmente a satisfacer todos los deseos de los niños
- Tolerancia ante la expresión inadecuada de emociones como la ira o la agresividad
- Sobreprotección, no dejan que el niño se exponga a las dificultades de la vida
- No hay consecuencias ante el incumplimiento de las normas, si las hay
Consecuencias:
- Como consecuencia de este estilo educativo, los niños suelen tener dificultades a la hora de asumir responsabilidades y recibir críticas
- Suelen ser alegres y vitales, pero dependientes
- Atribuyen sus errores o fracasos a causas externas
- Son inseguros, ya que no tienen el control y la certeza de cuándo sus acciones son adecuadas
- Tienen dificultades a la hora de controlar sus impulsos
- Pueden anteponer sus deseos a los de los demás, ser egocéntricos y tener problemas en las interacciones sociales
- La falta de disciplina y esfuerzo puede hacer mella es su rendimiento escolar
DEMOCRÁTICO / AUTORITATIVO
Alto control – Alta Sensibilidad
En este estilo, el niño es el protagonista de su educación, que cuenta con el apoyo y guía de sus padres. Éstos ejercen control y exigencia en su justa medida, y siempre basado en el diálogo, el afecto y la comprensión mutua.
- Niveles adecuados de exigencia y control, límites y normas adecuados a la edad y madurez del niño
- Altos niveles de afecto y apoyo emocional
- Sensibilidad a las necesidades del niño
- Apertura al diálogo y la comunicación. Toma de decisiones conjunta.
- Se explican y razonan las normas hasta que comprende su sentido.
- En caso de aplicar sanciones, se explica que lo que se desaprueba es la acción, nunca al niño.
- Se fomenta la autonomía y la toma de decisiones personal. Se les hace asumir responsabilidades acordes a su edad y nivel evolutivo.
Consecuencias:
- Como consecuencia de un estilo democrático o autoritativo, los niños desarrollan un autoconcepto realista, con la consiguiente seguridad en sí mismos, autoconfianza y autoestima.
- Aprenden a gestionar y regular la expresión de sus emociones.
- Son competentes socialmente, cooperativos y tienen en cuenta las necesidades de los demás.
- Desarrollan el sentido de la responsabilidad y aprenden a asumir las consecuencias de sus actos.
- Son independientes, pero afectuosos, y saben tomar decisiones por sí mismos.
NEGLIGENTE
Este estilo se caracteriza fundamentalmente por la renuncia por parte de los padres de la responsabilidad educativa.
- Falta de sensibilidad e implicación hacia las necesidades de los niños.
- Ausencia de expresión emocional y comunicación.
- No se practica ningún tipo de disciplina ni normas, pero en ocasiones puede haber fuertes castigos sin explicación ante conductas del menor que se consideran inadecuadas.
Consecuencias:
- Como resultado de un estilo educativo negligente, los niños desarrollan un autoconcepto negativo, falta de confianza en sí mismos y del sentido de la responsabilidad.
- Suelen presentar conductas impulsivas, con escaso o nulo autocontrol.
- Tienen dificultades para relacionarse socialmente, frecuentemente se aíslan.
- Presentan una mayor predisposición a padecer desórdenes psicológicos o problemas de conducta.
Tras esta pequeña revisión de las principales características de los cuatro estilos educativos, queda patente que el más adecuado para un buen desarrollo psico-social y emocional de los niños es el estilo democrático, ya que combina control y sensibilidad de manera equilibrada.
Algunos consejos para desarrollar un estilo democrático:
- Establece unas normas claras y coherentes, y explícale por qué debe seguirlas.
- Abre la puerta al diálogo, responde a sus dudas y trata de ponerte en su lugar.
- Demuéstrale tu amor y aceptación incondicional
- Sé consistente en la aplicación de sanciones, pero deja claro que no lo desapruebas a él, sino a su comportamiento.
- Dale responsabilidades adecuadas a su edad y deja que tome sus propias decisiones.